sábado, 10 de julio de 2010

Día 2


Después de esperar por más de 4 horas a que llegaras me decidí a comprar un cigarro con Jorge, el tipo con el que tanto te gusta hablar. Una, dos bocanadas de este vicio que en momentos como este me tranquiliza. Me senté en una banca para disfrutar de mi cigarro, mientras tanto el cielo se ha copado de nubes, yo solo puedo pensar en que será lo que te ha hecho demorar tanto tiempo Ultimamente te has distanciado pero a cada intento mío por sacar el tema y encontrarle solución tu solamente lo evitas. El cigarro se termino, otro vistazo al reloj, 6:00 p.m. es definitivo que tu no vendrás, esto comienza a convertirse en una costumbre cuanto más espero encontrarme contigo, tu pareces evitarlo por todos los medios. El agua de lluvia es la encargada de regresarme al instante en el que estoy sentado en esta banca, pero no encuentro un motivo por el cual deba correr a resguardarme de la lluvia. Esta de alguna forma, me liberado de la bruma que traía tu recuerdo; me abriga, trae consigo la tranquilidad que en estos momentos necesito. Me arrojo a la sensación del agua en mi cara; abandonarse a disfrutar de este tipo de sensaciones es algo a lo que tu nunca has acostumbrado.

Al tiempo en el que comienzo el camino de vuelta a casa, he olvidado por completo el sobre que he traído conmigo, eso que tanto me habías pedido, pero no teniendo la más mínima intención en saber que era, lo mejor sería dejarlo ahí.